¿Cuántas veces hemos escuchado a alguien expresarse que temen que de alguna manera ellos hayan cometido un pecado que les impida ir al cielo? Supongo que eso podría ser el caso, pero eso puede venir del concepto que Dios es una clase de árbitro que espera que hagamos algo malo para sacarnos de la salvación en nuestro camino espiritual. En los últimos años he empezado a entender que todos aquellos que con todo su corazón quieran ir al cielo, por medio de Jesucristo, van a estar allí. Aquellos que no estén serán los que no les importaban. "Lo hicieron a su manera". Nadie que quiera ir al cielo y no estén allí, van a perderlo por una pulgada. Los perdidos van a perderlo más bien por una milla. |